Contratar seguro médico privado para autónomos es una tendencia al alza entre los trabajadores por cuenta propia. Para este colectivo, es importante protegerse frente a situaciones de precariedad económica, resultado de lesiones, emergencias familiares y otras contingencias que obliguen a ausentarse de sus actividades durante un tiempo prolongado.

En este sentido, las pólizas privadas de salud proporcionan al autónomo tranquilidad y estabilidad financiera. En momentos de inactividad, la compañía aseguradora puede compensar económicamente las horas y días de convalecencia, además de brindarle la asistencia médica que necesita para retomar sus labores profesionales.

Desde un punto de vista fiscal, las cuotas de este tipo de seguros se benefician de una deducibilidad elevada. Hasta un 30% de la cuantía de cada mensualidad puede desgravarse en el IRPF que los autónomos están obligados a tributar por el desempeño de su actividad. Con ello, el asegurado se blinda frente a cualquier contingencia médica, al tiempo que disminuye su carga fiscal.

Por lo demás, este producto asegurador comparte el resto de asistencias y coberturas de una póliza al uso. Por ejemplo, otorga libertad en la elección del médico y del centro sanitario. Generalmente, el cuadro médico destaca por su amplitud, si bien este aspecto presenta diferencias notables dependiendo de la compañía de seguros.

La mayor parte de los seguros adaptados a autónomos incluyen las asistencias dentales u ofrecen al menos la posibilidad de contratarlas aparte. Algunas de estas pólizas consideran que las finanzas del autónomo son extensibles a las de su núcleo familiar, razón por la que se agregan coberturas inusuales, como la reproducción asistida, lo que constituye un aliciente para ciertos contratantes.

La contratación de seguros para trabajadores autónomos también agiliza su vuelta a la actividad en caso de enfermedad. Las citas, la entrega de resultados y otros trámites administrativos se desarrollan con mayor rapidez en la sanidad privada.