Todo el mundo siente la necesidad algún día de contar su historia. Unos lo hacen y otros no. Entre los que la cuentan, no todos tienen la suerte de tener un público que los escuche. Yo no aspiro a tanto como contar toda mi historia, pero sí al menos me gustaría, algún día, explicar cómo logré controlar mis problemas con la báscula, como encontré por fin un sistema para perder peso de forma sana y saludable.

Si te vas a una librería descubrirás un montón de libros sobre dietas más o menos fiables o más o menos milagrosas. Pero los libros que mí me gustan son los que están escritos por personas concretas que se han enfrentado a estos problemas de forma directa. ¿De qué me sirven a mí que expliquen un montón de datos, que me digan leche descremada informacion nutricional o que me ofrezcan una lista de consejos sacados de internet… o de otro libro? Lo que yo necesito es el consejo de una persona real que me trate de tú a tú.

Pues eso es lo que aspira yo con mi “libro” y con mi historia. Estuve durante muchos años peleándome con la báscula. Intentando encontrar una fórmula que se adaptara a mí. Empecé yendo a un médico y siguiendo todos los consejos de forma obediente… hasta que no pude más. Entonces empecé a experimentar con otras opciones más heterodoxas. También me pegué una tabla en la nevera, de esas que informan de leche descremada información nutricional y del resto de alimentos de forma que sabía en todo momento lo que estaba comiendo. 

Pero por la experiencia que yo he sacado es que cuando una persona tiene un problema con la alimentación, cuando tiene un problema de obesidad, debe encontrar su propio camino: no sirve con seguir la pauta del vecino porque a él le fue de maravilla. Pero eso sí, olvidarse de las dietas milagro y siempre estar bajo la tutela de un profesional, de un profesional de verdad. Esa será la historia que escriba en mi libro… si encuentro editor, claro.