Cuando hablamos de la posibilidad de instalar aislamiento termico en Vigo y Pontevedra lo primero que pensamos es en lo a gusto que nos sentiríamos en una casa bien aislada durante el invierno. Pero, tal vez, no sepamos que, además, será una gran inversión para nuestra salud.

Si el hogar tiene un buen aislamiento térmico se elimina en gran parte el riesgo de la humedad por condensación. Esta se produce cuando los cristales no tienen rotura del puente térmico y se enfrían con el aire helado del exterior. El calor del interior de la vivienda crea un contraste y esto hace que se produzca el efecto de “lágrimas” en los cristales. Esta humedad, que en muchos casos es permanente a lo largo de todo el día y en otros solo durante la noche, acaba impregnando las paredes e incluso causando moho.

Todos sabemos los riesgos del moho para nuestro aparato respiratorio, con lo cual, podemos decir que eliminando este riesgo contribuimos a mejorar nuestra salud de una forma notoria. Además, esta humedad también se queda en el ambiente y es muy negativa para las personas con problemas respiratorios.

Cuando la vivienda no está bien aislada es difícil que se mantenga a una buena temperatura. Incluso pueden aparecer corrientes por ventanas que no sellan correctamente e incluso por orificios en la fachada, como los de la salida de gases, que dejan entrar aire al interior. No hace falta decir cuáles son las consecuencias de las corrientes de aire para la salud, desde catarros, en los casos más leves, hasta neumonías en los más graves.

Otras consecuencias son más indirectas y aparecen con el paso del tiempo, como los dolores de huesos, el reuma o incluso las contracturas debidas al frío, sobre todo mientras se duerme. Si la casa no está bien aislada y no retiene el calor, podemos tener frío durante la noche y no ser conscientes porque estamos dormidos. Eso hará que nos encojamos por simple reflejo natural. Y el estar encogidos durante un tiempo puede acabar causando contracturas muy dolorosas.

Las molestias en los huesos y el reuma pueden derivar en un problema crónico bastante incómodo y quienes lo padecen saben muy bien que no es nada banal. Por eso, apostar por un buen aislamiento es la mejor inversión en salud de cara al próximo invierno.