Cuidar la salud bucal es importante a cualquier edad. Una dentadura en mal estado afecta no solo a la estética y el bienestar personal, sino también a la esperanza de vida. Dado que los riesgos dentales crecen a medida que pasan los años, la contratación de seguros adeslas dental es doblemente urgente en la vejez.

La tercera edad no es incompatible con una sonrisa sana. Según los expertos en odontología, este periodo vital se acompaña de una mayor predisposición al deterioro de las piezas dentales, resultado de cambios atribuibles a la edad: menor capacidad de regeneración celular, pérdida ósea, etcétera.

Al disponer de un seguro dental, el usuario se beneficia de las limpiezas y revisiones periódicas, base de la odontología preventiva, disminuyendo el riesgo de algunas de sus piezas dentales sufra daños irreparables. Diversos estudios señalan que cada diente perdido incrementa la posibilidad de padecer un ictus. También existe una relación directa entre la enfermedad cardíaca y la periodontitis, una infección grave de las encías que puede acarrear problemas de masticación y desviaciones mandibulares.

Además, la asistencia regular al dentista previene la sensibilidad dental, otra de las patologías que más inciden sobre la calidad de vida del anciano. A edad avanzada, el esmalte desciende a niveles críticos en ciertas piezas dentales, haciendo que las terminaciones nerviosas sean más reactivas a los cambios de temperatura o la acidez de ciertos alimentos.

Por otra parte, los adultos mayores ven deteriorado bienestar debido a la caries radicular y otras enfermedades relacionadas con la salud de las encías. Además de realizar una limpieza diaria, es fundamental acudir a la clínica odontológica para recibir, en caso necesario, un tratamiento personalizado.

La ingesta de medicamentos, tan necesaria durante la vejez, favorece el desarrollo de xerostomía o sequedad bucal, que está en el origen de ciertas enfermedades bucales. En odontología se recetan fármacos que aumentan el flujo de saliva.