Uno de los problemas de vivir en una comunidad de vecinos es que a veces no puedes hacer las cosas como te gustaría. Si vives en un primero y tienes un patio seguro que estás un poco cansado de no tener suficiente intimidad en el mismo. Aunque el patio es para tu disfrute, la superficie pertenece a la comunidad y por tanto, pueden determinar algunos aspectos del mismo, por ejemplo si te permiten o no cerrarlo.
Normalmente, no hay reparos a poner cerramientos altos para terrazas, especialmente si no son permanentes y se pueden retirar en un momento dado. Es una petición bastante lógica ya que en algunas ocasiones la separación entre los patios es un murito bajo que da muchos problemas, ya que incluso un perro de pequeño tamaño puede saltarlo lo que hace que sea incluso inseguro pues alguien que esté en uno de los pisos puede acceder fácilmente a cualquiera de los patios del entorno.
El problema viene cuando se pide techar el cierre. Muchas veces, los vecinos del piso superior argumentan que no quieren porque eso es una inseguridad para ellos ya que en lugar de quedar en un piso alto estarían al alcance de cualquiera que subiera al techado. Otras veces, ni siquiera dan un motivo para ello.
Pero con un cierre alto la intimidad está mucho más garantizada ya que solo hay que poner un toldo para cerrar gran parte del patio. Dado que el toldo es un elemento que se puede retirar al momento, no se puede prohibir su uso y garantiza no solo la sombra en el patio, sino estar lejos de muchas miradas.
Si el patio es muy grande se pueden usar varios toldos, incluso uno de loneta gruesa para proteger del agua y poder poner un tendedero. Así la ropa estará a salvo de cualquier chaparrón. Es importante usar buenos materiales, especialmente si los vecinos son propensos a dejar caer de todo el patio, otro de los problemas habituales de estos espacios.
Es importante recordar a los vecinos que aunque el patio es propiedad de la comunidad, es quien tiene el acceso al mismo y recogido por las escrituras como tal quien posee su uso y disfrute y que por tanto no tienen derecho a arrojar basuras, cigarrillos o a estar seguido llamando para que se les devuelvan cosas que se han caído por la ventana.