Pese al auge del microcemento y otras soluciones innovadoras, la piedra natural continúa siendo una opción preferencial en el sector de la construcción y la reforma. Es útil para revestir muros, pavimentar suelos y ornamentar jardines de forma barata, sostenible y duradera. Entre las más demandadas, las lajas decorativas se caracterizan por su rusticidad y elegancia.
Compuestas usualmente de calizas o esquistos, las lajas carecen del grosor de otras piedras, siendo más fáciles de manipular y de transportar. Se utilizan en interiores y exteriores en senderos, chimeneas, paredes, etcétera. Su disponibilidad y precio depende de la provincia y condiciones del mercado.
La marmolina, un derivado del polvo de mármol, también brilla en el sector de la roca ornamental. Se comercializa en bolos pequeños e irregulares y posee cualidades únicas; a destacar su resistencia y vida útil, garantes de un mantenimiento mínimo. Debido a su versatilidad, la marmolina sirve como mortero de pastas, gravilla en aparcamientos y entradas, sustrato de drenaje de plantas, para compactar senderos y un largo etcétera de utilidades.
Por su parte, los cantos rodados son guijarros naturales que se comercializan lavados y desinfectados. Su tamaño supera al de la grava convencional, y carecen de vértices y bordes afilados, siendo una opción más segura y eco-friendly.
La apariencia rústica de la rocalla seduce a las nuevas generaciones, que se sirven de este sustrato de caliza para dar un toque creativo a su decoración paisajística. El color anaranjado y oquedades característicos de esta piedra son el resultado de la erosión marina. Se utilizan como adorno o elemento divisorio en senderos, parterres, arriates y otros espacios.
Indicado para revestir muros, suelos y zonas de paso, el planchón de pizarra se define como pieza irregular, de peso y dimensiones superiores a la laja, disponible en una pluralidad de tonos y acabados.