Hace unas cuantas semanas me volví a encontrar con el hijo del dueño del gimnasio al que iba en mi barrio hasta que de un día para otro cerró sus puertas y todavía no he podido encontrar otro gimnasio cerca de mi casa y que tenga una piscina que me permita nadar y no solo remojarme como en otros sitios que he visto y que las piscinas eran demasiado pequeñas. Este chico se dedicaba cuando yo estaba en el gimnasio de su padre a entrenar para competir en la strong man, que es una competición para ver quién es la persona más fuerte de un país y después del mundo. Un año este chico consiguió ganar el campeonato español y su padre todo orgulloso encargó unos pósters de impresión de gran formato rigido para colocar por el gimnasio.
Estuve en ese gimnasio durante unos cuantos años y no me gustó que cerrase de la noche a la mañana sin que me hubiesen informado previamente, pero eso fue decisión de los dueños del gimnasio. Pero echo de menos ese sitio porque lo tenía muy cerca de casa y la piscina que tenían aunque no era demasiado grande te daba para poder nadar sin problemas. Aunque también he de decir que el gimnasio en sí no era nada del otro mundo y entiendo el porqué de que no hubiese demasiados jóvenes allí. La gran mayoría de los clientes eran señores mayores con los que me reía bastante porque se dedicaban a meterse unos contra otros y escuchabas formas de meterse el uno con el otro que nunca habías escuchado antes que era lo que me hacía gracia. Espero este año encontrar un lugar en el que poder hacer ejercicio y que al mismo tiempo disponga de una piscina relativamente larga para poder nadar a gusto y no tener que dar vueltas constantemente, que es lo que pasaría si me metiese en cualquiera de los gimnasios que hay hoy en día cerca de mi casa, aunque me parece que al final tendré que apuntarme a una de las piscinas municipales para poder nadar.