Cuando buscas coches de segunda mano ocasión es posible que antes de acudir a los anuncios o a los concesionarios, guiado por algún artículo o algún amigo que ha leído algo, decidas hacerte con una tabla de valores de vehículos.
Las tablas oficinales del valor de un vehículo están elaboradas por Hacienda y se realizan para evitar falsas ventas o para que se evite el pago de un impuesto. Si alguien quisiera vender un coche a otra persona por un valor testimonial de 1 euro podría hacerlo, pero el comprador deberá de pagar impuestos por el valor oficial recogido en la tabla de valoración de vehículos.
Pero a la hora de comprar un coche de segunda mano descubrirás que su precio no coincide con el valor de dicha tabla sino que suele ser bastante superior. ¿Por qué es así? Para poder responder a esta pregunta hay que saber cómo se elabora la tabla de valoración:
-Se parte del valor de venta al público del vehículo.
-A partir de ahí se descuenta de dicho precio un porcentaje según los años que hayan pasado desde su primera matriculación.
Esto es todo. Como puedes ver, dos vehículos iguales, con el mismo número de años costarían exactamente lo mismo. Algo que no tiene por qué suceder en la realidad, ya que quizás uno de esos coches tenga el doble de kilómetros que el otro, su chapa esté en mal estado y, además, haya sufrido un accidente que le haya dejado algunos problemas.
Cuando se pone un coche a la venta, el vendedor tiene en cuenta todos los factores: que esté en buen estado, el número de kilómetros que tenga, cómo se haya conservado la tapicería y un largo etcétera.
Pero también se tendrá en cuenta si se han realizado cambios, por ejemplo, un vehículo que por el número de kilómetros que tiene podría estar a punto de necesitar un cambio de embrague o de la correa de distribución no puede valer igual que otro con el mismo número de kilómetros al que ya se le hayan realizado dichas sustituciones.
Y, para terminar, hay un valor añadido importante que es la demanda. Hay coches que están mucho más solicitados que otros y que por tanto, pueden tener un precio más alto simplemente porque siempre va a haber quién esté dispuesto a comprarlos.
Ahora ya sabes porque el precio real del coche y su valoración legal son tan diferentes.