Dicen que a medida que te haces más mayor, necesitas más comodidades y te vuelves un poco conservador. Supongo que tiene su sentido porque, poco a poco, vas perdiendo capacidad física y empiezas a tener otras necesidades. No sé si nosotros nos hemos hecho muy mayores o no, pero hemos decidido cambiar para tener ‘menos’ comodidades. De momento, hemos empezando con la caravana, vendiendo la nuestra para comprar otra.
Como pasa con otro tipo de vehículos, la mayoría de la gente suele aumentar el tamaño a medida que pasan los años. De un pequeño utilitario se pasa a un cuatro puertas, luego a un SUV y al final uno de esos que parecen tanques con los que invadir algún país, ahora que vuelve a estar de moda. Y con las caravanas pasa algo así. En ocasiones es casi obligatorio comprar una caravana más grande puesto que la familia crece y no hay donde meterla, pero en otras ocasiones, tiene más relación con la búsqueda de una mayor comodidad.
Nosotros nos hemos cansado un poco de tanta ‘comodidad’ y hemos vendido nuestra caravana para comprar una caravana bambina segunda mano, una de esas de pequeño tamaño compactas, pero de calidad que se están poniendo de moda otra vez. ¿Y por qué apostar a estas alturas por una bambina? En nuestro caso, son bastantes razones, desde las más prácticas a otras consideraciones un poco más difíciles de explicar.
En primer lugar, una caravana pequeña es más fácil de mover y circular con ella. Como también hemos cambiado de coche, nos iba a ser difícil tirar por la caravana más grande. También vamos a cambiar un poco el estilo de viajar, permaneciendo menos tiempos en los sitios, con lo que no vamos a necesitar un gran espacio para pasar el tiempo, sino apenas para dormir y comer.
Y luego está el hecho de que empezábamos a notar que nos estábamos acomodando y que tocaba cambiar, por eso una caravana bambina segunda mano nos parecía una buena opción, para volver a sentir el placer del viaje, como en los primeros tiempos. Y si no funciona, siempre estamos a tiempo de venderla…