No está bien decir que el sueño de cualquier mujer es la maternidad como he oído algunas veces. De hecho, durante buena parte de mi vida yo no me vi preparada para ser madre. Empecé a salir con Juanma, mi actual marido, cuando ambos éramos muy jóvenes. Los dos somos ingenieros y nos volcamos en nuestra profesión durante los primeros años. Alguna vez surgía el tema de ser padres, pero nos reíamos, no lo veíamos como algo real ni probable. No era el momento.
Cuando cumplí 30 años, el trabajo seguía complicado. Estaba en pleno proceso de promoción y seguí centrada en trabajar y en vivir, que tampoco está mal. Mientras tanto algunas amigas ya se habían convertido en madres. Veía a sus bebés recién nacidos y empezó a entrarme una sensación de que me faltaba algo. Y esa sensación pronto se convirtió en un deseo. A Juanma le pasó algo parecido y decidimos que era el momento.
Pero no pudimos. Al principio no sabíamos cuál era el problema, pero yo era incapaz de quedarme embarazada. Así fue como acudimos a una clínica especializada en Fecundación in vitro Guadalajara para hacer una consulta. Una de mis mejores amigas ya había estado en ella y su experiencia había sido magnífica así que, al menos, decidimos consultar. Nos explicaron las opciones que teníamos, nos hicieron pruebas y nos comunicaron que éramos perfectamente aptos para someternos al tratamiento de reproducción asistida.
Aunque no es una opción barata, con mi edad, ya con 36 años, llegamos a la conclusión de que si era nuestro deseo, no podíamos perder mucho más tiempo. Y comenzamos el proceso. He de decir que cuando empezamos volví a sentir cierto miedo a ser madre: me volvieron los temores de unos años atrás. ¿Se vería afectada mi carrera? ¿Estaría preparada para ser madre? Pero apostamos por ello y todo fue bien.
Y un buen día llegó la noticia: estaba embarazada… de gemelos. En la clínica Fecundación in vitro Guadalajara ya me habían comunicado que con esta técnica hay más opciones de un embarazo múltiple. Pero nosotros nos alegramos doblemente. Ahora tenemos dos niños preciosos y mi vida está completa.